Análisis de gestión de la inversión en territorio (cantón-Ibarra-Ecuador) 2da parte
El estudio realizado por varios meses nos deja sorprendidos de cómo un cantón con presupuestos y espacios considerables para el desarrollo en la gestión cultural y artística no disponga de un programa o proyecto de intervención integral en las parroquias o poblaciones importantes desconectando la administración pública de la participación e inclusión ciudadana, pues hasta donde la técnica de entrevista nos ha permitido recavar información, esta es una de las varias actividades que inclusive tiene un presupuesto entre $60000(sesenta mil dólares) a $ 80000 (ochenta mil dolares) de inversión anual; si tan solo dividimos la primera cifra de 60000/12 meses es igual a $ 5000 dólares mensuales que entre cuatro fines de semana son $ 1250 cada semana.
La pregunta es justifica gastar o invertir todo el recurso en los mismos equipos con sonido en un mismo camión, en un solo parque y las mismas varias presentaciones cada domingo?. No sería más adecuado generar la participación de otros sectores, poblados o parroquias en donde inclusive existen escenarios naturales, construidos o con facilidades de ejecución arquitectónica. La organización del territorio nos dice que hay una inequitativa y deficiente intervención del GAD-I.
Veamos para esto un mapa q nos referencia espacialmente y donde se está quedando la inversión:
Como una conclusión sobre este análisis centrado al desarrollo territorial, podemos hacer una crítica frente al bajo nivel de planificación y ejecución ya que hemos demostrado en nuestro mapa de referencia el desencadenamiento del desarrollo de la gestión frente a la administración pública. El realizar actividades sin conceptos, sin inversión eficiente y solo con el afán de buscar públicos donde ya por inercia existen es un desatino administrativo pues se vuelve una y otra vez a generar clientelas de conveniencia pero con poco producto o bajo impacto social,
La espacialidad como una herramienta de gestión nos hace reflexionar que todavía en la gestión pública se cree que la cultura es un espacio de diversión y de ejecución de presentaciones festivas, en Ibarra mediante nuestra investigación hemos observado que sin duda no se dispone de planes reales y peor existe afán de la primera autoridad de llegar a generar una política de gestión en el ámbito de la cultura, arte, patrimonio, etc.
Habrá pues que ver que es lo importante para las administraciones si la infraestructura, la inversión social, o el gasto pre-electoral en donde aunque parezca trillado y reiterativo se licuan los recursos que son propios de los ciudadanos; lo que en otras palabras se traduce en el desinterés de trazar rutas de desarrollo y articulación, y mas bien se nota el interés de permanecer en el espacio público con el aparataje caduco y de escaso desarrollo en la gestión, pero con el recurso controlado hacia donde sin un norte se nos encamina.
Veamos para esto un mapa q nos referencia espacialmente y donde se está quedando la inversión:
Como una conclusión sobre este análisis centrado al desarrollo territorial, podemos hacer una crítica frente al bajo nivel de planificación y ejecución ya que hemos demostrado en nuestro mapa de referencia el desencadenamiento del desarrollo de la gestión frente a la administración pública. El realizar actividades sin conceptos, sin inversión eficiente y solo con el afán de buscar públicos donde ya por inercia existen es un desatino administrativo pues se vuelve una y otra vez a generar clientelas de conveniencia pero con poco producto o bajo impacto social,
La espacialidad como una herramienta de gestión nos hace reflexionar que todavía en la gestión pública se cree que la cultura es un espacio de diversión y de ejecución de presentaciones festivas, en Ibarra mediante nuestra investigación hemos observado que sin duda no se dispone de planes reales y peor existe afán de la primera autoridad de llegar a generar una política de gestión en el ámbito de la cultura, arte, patrimonio, etc.
Habrá pues que ver que es lo importante para las administraciones si la infraestructura, la inversión social, o el gasto pre-electoral en donde aunque parezca trillado y reiterativo se licuan los recursos que son propios de los ciudadanos; lo que en otras palabras se traduce en el desinterés de trazar rutas de desarrollo y articulación, y mas bien se nota el interés de permanecer en el espacio público con el aparataje caduco y de escaso desarrollo en la gestión, pero con el recurso controlado hacia donde sin un norte se nos encamina.
0 comentarios:
Publicar un comentario